TRIUNFO DE LA IZQUIERDA EN COLOMBIA: ESPERANZA DEL CAMBIO Y LA PAZ

Por Valentín Pacho *

La elección del candidato de la coalición del Pacto Histórico, Gustavo Petro, como presidente y de Francia Márquez vicepresidente, es un acontecimiento significativo para el pueblo colombiano por ser la primera vez que gana electoralmente la izquierda en ese país hermano. La victoria ha sido fruto de la unidad de las fuerzas políticas de las izquierdas, movimientos progresistas, organizaciones sociales populares, de trabajadores(ras), campesinos(as), jóvenes, mujeres, poblaciones étnicas quienes dieron su voto por considerar que sus aspiraciones están el programa de la coalición.  Es también un acontecimiento importante para los pueblos de América Latina que luchan contra el modelo neoliberal, y sus ejecutores la derecha y gobiernos corruptos: los retos que asume el presidente electo Gustavo Petro  son trascendentales, como encarar los problemas del desempleo, la pobreza, la crisis económica, social y moral, la paz y  el respecto a una la política internacional soberana, basada en la integración de las naciones latinoamericanas  para romper la injerencia del Gobierno de Estados Unidos  entre  otros; de  hacer efectivas sus promesas, fortalecerá la lucha por la  segunda independencia de nuestra Patria Grande.

 

PUEBLO COLOMBIANO VÍCTIMA DE LA VIOLENCIA  Y EL  TERRORISMO DE ESTADO

Durante los siglos de la etapa republicana, históricamente la clase dominante clerical-feudataria que reemplazó a los colonizadores de la monarquía española, ha gobernado siempre en función de los intereses de la oligarquía latifundista y la gran burguesía, sumiendo a la inmensa mayoría del pueblo colombiano en la peor crisis económica, social, político y moral. Las protestas de la clase trabajadora, campesinos de las diferentes regiones, de pobladores marginados, jóvenes, mujeres y demás sectores populares, fueron reprimidas a sangre y fuego por las fuerzas armadas, policiales, paramilitares y con intervención de destacamentos militares de Estados Unidos, la CIA y el MOSSAD Israelí. Tales huestes han perpetrado las mayores violaciones a los derechos humanos, genocidios, exterminio de pobladores, asesinato de sindicalistas, campesinos y demás luchadores sociales; la violencia en ese país hermano fue propiciada por los partidos políticos conservadores y liberales, agravándose aún más en las cuatro últimas décadas. Las acciones de la insurgencia revolucionaria del  M-19, FARC-EP, ELN fueron la respuesta.

 

Sin embargo, hay que enfatizar que durante las dos últimas décadas, las condiciones del  pueblo colombiano se agudizaron a situación dramática por los efectos de la dictadura del cartel narco-paramilitar que -según  opinión pública nacional e internacional corroborada por acusación judicial en proceso- se  vincula  al multimillonario ex presidente Álvaro Uribe Vélez como uno de los principales responsables de genocidios y violaciones a los Derechos Humanos. Durante el periodo de su mandato el pueblo colombiano fue víctima del mayor  saqueo en el marco  de la globalización  y sometido al libre accionar de la OTAN, y de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico  (OCDE), con lo cual a ese  país hermano le cercenaron su soberanía. Tan desastrosa política fue continuada por su delfín  el gobierno de Iván Duque.

 

ACUMULACIÓN DE FUERZAS Y ACCIONES DE LAS MASAS DETERMINARON EL TRIUNFO DE PETRO

El reciente triunfo electoral de la izquierda en Colombia es el resultado del proceso de la acumulación de las fuerzas sociales progresistas y populares que se ha venido gestando en los últimos años mediante grandes acciones y movilizaciones de las masas populares a nivel nacional y regional contra el modelo neoliberal, la violencia criminal y el terrorismo de Estado. El año 2019 como respuesta a la masacre y genocidio en el que fueron asesinados 14 jóvenes de sectores populares y más de 300 heridos civiles perpetrados por las fuerzas policiales, generó indignación y repudio del pueblo colombiano e internacional, mediante inmensas movilizaciones de protesta en las principales ciudades y regiones del país.

En el año 2021 el gobierno de Iván Duque decretó un paquetazo de medidas asfixiantes como las reformas tributarias que laceraron el nivel de vida de las grandes mayorías del pueblo, la juventud, el sistema de educación superior etc. La respuesta no se hizo esperar: organizaciones sociales y movimientos populares unieron sus fuerzas y conformaron el Comité Nacional del Paro y dieron marcha el Gran Paro Nacional que se inició el 28 de abril del 2021; en realidad, un verdadero levantamiento de masas predominantemente urbano que, paralizó prácticamente el territorio nacional, convirtiéndose en la movilización más grande y prolongada, alrededor de 60 días. Esa sublevación popular sirvió de ascenso de la protesta de las masas, siendo los principales protagonistas distintos estamentos de la juventud urbana.  El Gran Paro Nacional sacudió al gobierno de Iván Duque y provocó la renuncia de varios ministros, verdaderos alfiles del capital internacional. La contundencia de esa protesta nacional reforzó las condiciones favorables y actuó como preámbulo del triunfo electoral de Gustavo Petro. Se demostró así una vez más que la acción de las masas son las que definen de fondo los procesos de cambio político.

Guardadas las proporciones, el Gran Paro Nacional de 2021 en Colombia fue similar a lo sucedido con el gran estallido social en Chile, que se inició en octubre del 2019 a raíz de la protesta de los estudiantes secundarios contra el alza de tarifas y de inmediato prendió la chispa. La protesta fue acogida por el pueblo, tuvo duración prolongada hasta marzo del 2020: la irrupción de la pandemia salvó de una estrepitosa caída al gobierno retrógrado de Sebastián Piñera: y por lo tanto la acción de las masas creó las condiciones para el triunfo de la Convención Constitucional y el ascenso a la presidencia de Gabriel Boric.

 

LA NARCO-OLIGARQUÍA GENOCIDA Y CORRUPTA BURLÓ LOS ACUERDOS DE PAZ

Otra de las razones del triunfo de Petro ha sido la indignación de la inmensa mayoría del pueblo por la burla de la derecha y su gobierno de Iván Duque al no cumplir los acuerdos de paz cuyo proceso de pre acuerdos duró varios años y finalmente el 2016 se firmó en la Habana-Cuba el Acuerdo para poner el fin del conflicto armado mediante el cese el fuego bilateral entre el gobierno de Juan Manuel Santos y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC-EP).

Las organizaciones sindicales del campo y la ciudad, organismos culturales y organizaciones populares de Colombia han luchado en la última década por una solución política al conflicto armado interno que produjo más de 200 mil muertos y más seis millones de campesinos desterrados, según informaciones oficiales.

Sin embargo, continuaron los asesinatos. Hasta la fecha de hoy se registran más de 180 nuevos crímenes de sindicalistas y luchadores sociales, así como de ex miembros de las FARC y 200 masacres; macabro guarismo que se explica por el libre accionar de ejércitos paramilitares, apoyados por el gobierno fascista de Duque, el Pentágono norteamericano y la soldadesca israelí.

Bajo esas circunstancias, la promesa de Petro por la paz genera esperanza y se ha reflejado en los votos.

¿LO DEJARÁN GOBERNAR?

Cabe esta pregunta en base a la experiencia de lo que está ocurriendo en mi país, el Perú; donde el candidato de la izquierda, Pedro Castillo, un maestro rural, campesino y sindicalista fue elegido presidente Constitucional por su promesa de cambios importantes, como por la Asamblea Constituyente, la nacionalización del gas y otros sectores estratégicos; aparte de diversas medidas como alternativa al neoliberalismo, etc.

Cabe advertir que las hordas reaccionarias peruanas, dolidas por su derrota electoral procedieron mediante el Poder Legislativo -donde ostentan mayoría- a bloquear al gobierno legítimo que recién lleva once meses en el ejercicio del cargo. De esa embestida se registran ya dos intentos para vacar al presidente Pedro Castillo, e interpelación permanente de los ministros y obligado a cambiar cuatro gabinetes, próximo a producirse el quinto cambio. El oligopolio de la prensa mediática ha desatado una campaña demoledora; al unísono, los poderes económicos y grupos organizados de corte neofascista están encargados de montar operativos de guerra psicológica para inducir temor y amenazas de golpe, lo cual está generando inestabilidad y crisis política.

 

Por lo anteriormente expuesto, se hace evidente que la única manera de garantizar que el gobierno elegido en Colombia pueda cumplir su promesa electoral, hay que generar condiciones para dejarlo gobernar.

Por supuesto, hay expectativa de cuál será la actitud de la derecha colombiana. ¿Hará igual como la derecha peruana? Los peruanos que estamos luchando contra la derecha y el imperialismo, le deseamos éxitos y fuerza al gobierno de Gustavo Petro, junto a las fuerzas sociales del Pacto Histórico y al pueblo colombiano.

Para que se materialicen los cambios reales en favor de las mayorías trabajadores deben estar presente la lucha organizada del pueblo y la solidaridad internacionalista.

Lima, julio de 2022