Por Gerónimo López Sevillano/ Secretario General de la CGTP

Hace unas semanas, el antropólogo y opinólogo, Jaime de Althaus escribe desde el blog Lampadia unos comentarios al borrador del Plan Nacional de Competitividad. Básicamente se trata de la protesta formal del sector más duro del capitalismo empresarial del país.

El documento escrito por Jaime de Althaus resulta bastante esclarecedor para entender cómo piensan los empresarios peruanos en materia laboral. La agenda que defiende -entendemos, no gratuita- son los objetivos reales de la CONFIEP en el país.

En primer lugar, debemos insistir en un punto. El tema de las políticas laborales comprende un área de disputa en la política democrática. Se trata de claros y diferentes intereses económicos y políticos que se expresan mediante leyes, decretos y reformas laborales.

No se trata de un tema técnico que se resuelva con un número, sino de políticas que afectan la vida y futuro de seres humanos. Se trata de ciudadanos y ciudadanas de nuestro país que tienen los mismos derechos que el señor de Althaus. Los cientos de miles de familias trabajadoras que pueden quedarse en la calle, que pueden ser despedidos o que pueden ser condenados “legalmente” a trabajar en situaciones de sobre explotación tienen derecho a estar informados y discutir democráticamente cualquier reforma laboral que afecte sus vidas.

Sin embargo, el seños de Althaus parece no percatarse de esto cuando pide alegremente al gobierno que promulgue una reforma laboral basada en estos puntos:

  • Modificar los mecanismos legales para la desvinculación laboral
  • Eliminar el arbitraje potestativo,
  • Precisar las causales de falta grave laboral
  • Repensar las normas de ceses colectivos,
  • Repensar la regulación para las nuevas modalidades de trabajo

Esta propuesta al parecer fue elaborada en un “taller” conformado por los señores: Miguel Jaramillo, Gustavo Yamada, Germán Lora, Jorge Toyama, Pablo Bustamante y Jaime de Althaus. Todos reconocidos varones de claras simpatías pro empresariales y políticamente pro derechistas.

Por eso, queremos discutir cada punto y presentar nuestros intereses que están enfrentados a los intereses de ese sector que Althaus y sus amigos defienden. Veamos qué significa cada uno de estos puntos:

  • Modificar los mecanismos legales para la desvinculación laboral

Este es el punto central de la propuesta empresarial oligárquica. Insisten en eliminar el derecho de reposición en caso de despido arbitrario. Más claramente, quieren un despido arbitrario libre, sencillo y barato. El argumento cuasi infantil es que los “pobres empresarios” no pueden despedir a un “abusivo trabajador” que hace mal su labor. Eso es una flagrante mentira.

Numerosos juristas y expertos en derecho del trabajo, como el Dr. Javier Neves, ha señalado claramente que en la actual legislación peruana existen más de 80 motivos justificados para despedir a un trabajador o trabajadora.

Pero no. Los empresarios quieren despedir sin dar una razón objetiva. Si un trabajador en una empresa un día se queja por un abuso, Jaime de Althaus y sus amigos quieren que el empresario pueda despedirlo ese mismo día. Y si el trabajador pregunta: “¿Me está despidiendo porque me he quejado?”, el empresario podrá responder: “No tengo que darte ninguna explicación. Estas despedido”. Ojalá que nunca, ninguna persona que goce del afecto de Althaus (si la hubiere) tenga que pasar por tan terrible y lamentable trance.

El despido arbitrario sin derecho a reposición es darle el poder al empresario sobre la vida y el futuro de los trabajadores. Lo que quiere Althaus y sus amigos es precisamente eso, darles todo el poder a los empresarios.

  • Eliminar el arbitraje potestativo

En los últimos años, mediante el procedimiento de arbitraje potestativo, numerosos sindicatos lograron llegar a acuerdos salariales en contextos que los empresarios no deseaban dar ningún aumento a pesar de haber obtenido importantes utilidades.

El arbitraje potestativo además sirve en los casos que los empresarios boicotean la negociación colectiva, cuando no asisten a las reuniones y no quieren escuchar al sindicato.

Por esto Jaime de Althaus y sus amigos, no quiere el arbitraje potestativo. Porque quiere que los empresarios puedan ignorar los reclamos de los sindicatos.

  • Precisar las causales de falta grave laboral

En la actualidad, si un empresario considera que un trabajador “es un ocioso”, debe de disponer de un procedimiento objetivo que establezca de manera clara el rendimiento de cada trabajador. No se trata de que un día, el empresario dice “eres ocioso, vete”. Esto debe ser sustentado de manera objetiva. Este tema para Althaus es importante pues cuando un trabajador es despedido por “falta grave” entonces no tiene derecho a la indemnización por despido arbitrario. Es decir, al empresario le sale gratis el despido.

Los empresarios si realmente pensaran que el decaimiento del rendimiento laboral fuera un problema serio, establecerían mecanismos de evaluación como existen en otros países -incluso con participación del sindicato- pero como esos protocolos no son baratos, pues no quieren hacerlo. Para eso tienen a Althaus y sus amigos, para que les consigan los despidos gratis.

  • Repensar las normas de ceses colectivos

La legislación actual establece que por razones económicas debidamente sustentadas una empresa puede despedir hasta un máximo del 10% de la planilla contratada. Se ha puesto un límite para impedir que un empresario utilice este mecanismo para despedir a trabajadores estables, debilite al sindicato en caso que exista y luego contrate a trabajadores temporales en peores condiciones.

Pero los empresarios no piensan así. Ellos quieren no solamente poder despedir a cualquier trabajador sin motivo y sin darle un centavo; ellos quieren despedir a todos los trabajadores de esa manera. Althaus están reclamando que el trámite no sea tan “engorroso” y que no haya un límite. Realmente quieren que cualquier empresario pueda despedir cualquier día, a todos los trabajadores.

  • Repensar la regulación para las nuevas modalidades de trabajo

Finalmente, la propuesta de Althaus y sus amigos busca desregular las formas de teletrabajo, trabajo temporal, establecer contratos de cero horas y demás formas que han aplicado los gobiernos capitalistas de la región.

La propuesta de Althaus no dice nada acerca de brecha salarial entre hombres y mujeres. No dice nada acerca de capacitación juvenil para el empleo, no dice nada acerca de fortalecer la fiscalización del Ministerio de Trabajo ni sobre la precariedad laboral, los accidentes laborales y los abusos patronales contra trabajadores y trabajadoras.

Althaus y sus amigos son los voceros ideológicos de la derecha empresarial peruana están planteando como el tema inherente a su clase capitalista, que vie a expensas de la explotación de los trabajadores. Pues bien, eso es lucha de clases y en esta situación la clase trabajadora no sólo tiene razones fundadas para defender sus derechos laborales sino para esclarecer al mundo que e su incapacidad para continuar galopando sobre un modelo económico político y social neoliberal. Quieren ser mas ricos haciendo precaria la vida de los trabajadores.

En consecuencia, la lucha de clases es inevitable debe recordar el joven Althaus, cuando era trotskista y que en esta confrontación los trabajadores no tenemos nada que perder, tan sólo las cadenas que nos atan a la explotación.

Desde la CGTP defendemos y seguiremos defendiendo los intereses de la clase trabajadora y el pueblo peruano. No pudieron derrotarnos en los peores momentos de la dictadura fujimorista, cuando Althaus lavaba la cara de la corrupción imperante, pues menos nos van a derrotar ahora. La reforma laboral que pretende imponer Vizcarra y la CONFIEP y que Althaus y sus amigos merece el más firme rechazo de la clase trabajadora.

Que sepan los ideólogos del capitalismo parasitario que han fracaso las políticas del libre mercado y que es hora de los trabajadores en su lucha integral por objetivos históricos, abolición de esta situación de corrupción y explotación. En ese camino la Asamblea Nacional de Delegados de la CGTP realizado el sábado 13 de julio acordó la convocatoria una Jornada Nacional de Lucha este 25 de julio contra de la reforma laboral y coordinar la articulación de toda la furia de los gremios, sectores y poblaciones en conflicto como es el caso del proyecto Tía María para la realización de la protesta de todo el pueblo peruano y que se vayan los corruptos y explotadores que nos gobiernan, porque ha llegado la hora de los trabajadores y el pueblo.